La ausencia de insecticidas en aerosol podría amenazar el suministro mundial de aceite de oliva
La mosca del olivo es una plaga ancestral que ha plagado la región mediterránea durante siglos. Debido a los avances en la protección de cultivos, los productores de olivos ahora pueden luchar contra el insecto.
Un estudio reciente de Fundación CropLife exploró el efecto de la mosca en la cosecha de aceitunas, afirmando que se perderían hasta 40% de producción si no se pudiera acceder a los insecticidas en aerosol. La mosca causa daño al atacar a los olivos en verano y otoño, lo que hace que la fruta caiga antes de que pueda madurar.
Además, las larvas del insecto se alimentan de pulpa de aceituna, lo que podría provocar una reducción de la cantidad de aceite en 20%-25%. Las larvas también causan agujeros en las aceitunas, dejando espacio para que crezcan bacterias y hongos.
La calidad también se ve afectada. Los niveles de acidez en las aceitunas afectadas por la mosca del olivo son 50%-60% más altos. La acidez aumenta por la fermentación a través de la acción de bacterias y hongos y la exposición al oxígeno. Los ataques de la mosca del olivo también provocan una reducción en la concentración de fenoles en los aceites de aceitunas, que van desde 34%-49%, según el estudio.
Los insecticidas químicos introducidos en la década de 1960 dieron a los productores de olivos la capacidad de proteger sus cultivos de las moscas. Actualmente, los agricultores están usando cebos en aerosol, una mezcla de atrayentes e insecticidas que se rocían en las hojas de los olivos. Además, países como España y Grecia han implementado programas de fumigación en toda el área patrocinados por el gobierno.
La clave para mantener bajo control las moscas del olivo, según el estudio, es controlar la propagación del insecto debido a su movilidad.
Nota del editor: visite el Fundación CropLife para el estudio completo sobre la mosca del olivo y otros estudios sobre los beneficios de los productos fitosanitarios en la agricultura y la sociedad.