Fipronil de BASF considerado un riesgo para las abejas

Según un nuevo informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el pesticida para el tratamiento de semillas de BASF, Fipronil, plantea un "alto riesgo agudo para las abejas cuando se utiliza como tratamiento de semillas de maíz". Este informe llega tras la prohibición temporal de los neonicotinoides clotianidina, imidacloprid y tiametoxam en la UE.

Las conclusiones de la EFSA identifican tres áreas potenciales de riesgo. Se dice que el primer riesgo potencial, la deriva del polvo, incluye aplicaciones en girasol. No se pudieron completar evaluaciones completas del riesgo de deriva del polvo, por lo que no se pudo establecer el nivel de exposición peligrosa para las abejas.

La segunda área de preocupación, el néctar y el polen, se ha establecido para presentar un riesgo bajo para las abejas, pero se consideró que las pruebas de campo y semiacampo eran débiles y, por lo tanto, insuficientes para establecer el riesgo real. La última área de preocupación de la EFSA radica en varias lagunas identificadas en los datos disponibles para otras posibles vías de exposición, como el líquido de gutación.

Según un comunicado emitido por BASF, estos hallazgos no revelan ningún riesgo nuevo para la salud de las abejas debido a los usos aprobados del insecticida. Jürgen Oldeweme, vicepresidente senior de seguridad global de productos y asuntos regulatorios de la división de Protección de Cultivos de BASF, dijo: “Las abejas desempeñan un papel importante en la agricultura, ya que son importantes polinizadores de plantas y cultivos. Nuestro negocio depende mucho de las abejas; por lo tanto, nos conviene comprender las causas reales del deterioro de la salud de las abejas y actuar en consecuencia. No obstante”, continuó, “el problema del deterioro de la salud de las abejas debe abordarse mediante un enfoque holístico y no seleccionando ciertas tecnologías que tienen un sólido historial de uso seguro, como el fipronil”.

El fipronil se comercializa desde 1993 y se utiliza en 100 cultivos diferentes en más de 70 países. BASF declaró que están abiertos a discutir los posibles esfuerzos de recopilación de datos con la EFSA y la Comisión Europea para abordar directamente la salud de las abejas.