Florecen los mercados sudamericanos
Durante años, el potencial de los campos de América del Sur fue una fuente de discusión. Si bien la mayor parte de la conversación se ha centrado en Argentina y Brasil, gran parte del continente se mostró muy prometedor para varios cultivos diferentes, incluidos el maíz, la soja y el algodón, pero también se extendió a las frutas tropicales, las verduras, la caña de azúcar y otros cultivos.
Sin embargo, las dificultades que incluyen la falta de desarrollo, el acceso limitado a la tecnología y los métodos y equipos agrícolas modernos, y los gobiernos y las economías inestables han impedido que las potencias de América del Sur aprovechen al máximo sus grandes y fértiles tierras.
En las últimas dos décadas, esa historia ha cambiado. Liderados por Brasil y Argentina, los mercados de América del Sur se destacaron entre los mejores productores del mundo de varios cultivos clave. Ahora armados con biotecnología, no parecía haber nada que impidiera que estos países se convirtieran en los principales productores de soja del mundo y aumentaran su competitividad en maíz y algodón.
En los últimos años, ese crecimiento se detuvo cuando la roya asiática de la soja comenzó a paralizar campos en Argentina y Brasil. La pérdida de rendimiento y los gastos adicionales provocados por los tratamientos con fungicidas reducen el optimismo de la región. Otros desafíos, en particular el alto costo de los fertilizantes y los costos de transporte en las infraestructuras rurales aún subdesarrolladas de los países, también mantuvieron a raya el desarrollo.
Sin embargo, todavía hay esperanza. De particular interés es el papel de liderazgo de Brasil en biocombustibles, que se ha convertido en un tema candente de conversación a nivel internacional. Tanto EE. UU. Como la UE han asumido importantes compromisos con los biocombustibles, lo que eleva la demanda potencial muy por encima de la oferta mundial. Brasil no solo tiene los patrones de cultivo para beneficiarse de esta tendencia, sino que tiene experiencia: los biocombustibles se han desarrollado, promovido y utilizado en el país durante años. Brasil ya es un importante productor de etanol a base de caña de azúcar y tiene la capacidad de invertir más en la producción de etanol para convertirse en un importante proveedor mundial para los mercados norteamericanos y europeos, hambrientos de etanol.