Cuba en ascenso, otra vez
Gran parte del mundo ha cosechado las riquezas de Cuba durante décadas. Las inversiones extranjeras han financiado todo, desde hoteles de lujo y haciendas junto al mar hasta tierras de cultivo e infraestructura.
Los mayores beneficiarios del país de su tierra fértil y hermosos paisajes han sido Canadá, China, Venezuela, España y Holanda, ya sea como socios importadores o exportadores. Gran parte de Europa y América Latina también se han beneficiado con alianzas con el país.
Estos socios comerciales están experimentando un auge en la economía de Cuba que sigue el mismo patrón de prosperidad que Cuba sintió en los años setenta y ochenta. Cuba disfrutó de un rápido crecimiento económico durante dos décadas a partir de 1970. Luego sufrió una fuerte caída en el PIB per cápita desde mediados de los 80 hasta mediados de los 90, un descenso tan profundo que todavía está por debajo de la riqueza per cápita que disfrutado alrededor de una década.
Pero ha ido en aumento durante más de una década y se reconoce que la agricultura desempeña un papel importante como estímulo económico. El PIB aumentó cerca de 5% el año pasado en Cuba a pesar de la desaceleración de las economías en gran parte del mundo. Y aunque la agricultura constituye aproximadamente el 5% del PIB del país, es un gigante dormido con más de 20% de su fuerza laboral trabajando en la agricultura.
Los principales cultivos en Cuba en este momento son cultivos de especialidad, principalmente azúcar y tabaco. Pero los cultivos en hileras, especialmente las hortalizas, podrían volverse más comunes a medida que el recién nombrado presidente Raúl Castro continúe intentando reformar el sistema agrícola de su país para aumentar la producción de alimentos. Su enfoque ha sido brindar a los agricultores privados acceso a más tierras de propiedad estatal como parte de un programa gubernamental. Hasta ahora, se han otorgado 82.000 permisos para cultivar tierras estatales a agricultores de unas 110.000 solicitudes desde que asumió el cargo el año pasado, dijo en un discurso del Día de la Revolución el 26 de julio.
Esto será una bendición para los productores de agroquímicos que abastecen a Cuba, ya que no tiene la capacidad de fabricación de químicos para satisfacer la demanda creada por tantos agricultores que están expandiendo sus operaciones.
Pero más importante que inundar el país insular con suministro de agroquímicos es inundarlo con conocimientos sobre agricultura de producción. Su dependencia de cultivos especiales a lo largo de los años significa que carece de la experiencia necesaria para aprovechar al máximo sus campos fértiles. Aquellos que puedan enseñarles prácticas agronómicas modernas no solo ganarán más participación en el mercado, sino que tendrán la oportunidad de capturar los corazones y las mentes de sus productores que están tratando de satisfacer las demandas alimentarias de un país en apuros. Y con el 90% de la economía controlada por el gobierno federal en Cuba, el camino que conduce a esos campesinos comienza en La Habana.