Tribunal de la UE respalda la prohibición de tres neonicotinoides

Un tribunal de la Unión Europea ha confirmado una prohibición casi completa de tres neonicotinoides: clotianidina, tiametoxam e imidacloprid.

El jueves, el Tribunal General de la Unión Europea said it “confirms the validity of the restrictions introduced at EU level in 2013 clothianidin, thiamethoxam and imidacloprid because of the risks those substances pose to bees.”

El tribunal desestimó las acciones entabladas por Bayer, que fabrica y comercializa imidacloprid y clotianidina en la UE, y Syngenta, que fabrica y comercializa tiametoxam (y semillas tratadas). Las empresas habían intentado anular las regulaciones y restricciones sobre neonicotinoides establecidas por la UE en 2013. Syngenta también había pedido una compensación de al menos 367,9 millones de euros.

However, it largely upheld the action brought by BASF and annuls the measures restricting the use of fipronil, “since they were imposed without a prior impact assessment,” la cancha dicho.

En un comunicado, Syngenta expresó su decepción por el fallo:

"Respaldamos nuestra decisión anterior de impugnar el proceso de toma de decisiones de la Comisión Europea con respecto a nuestra tecnología de tiametoxam, ya que se basaba en un riesgo hipotético para implementar restricciones parciales en la química neonicotinoide, fuera de la regulación legalmente aprobada.

Los marcos regulatorios predecibles y su aplicación coherente por parte de los reguladores permiten a empresas como Syngenta innovar y, por tanto, apoyar a los agricultores europeos y, en última instancia, a los consumidores europeos con alimentos seguros y asequibles producidos localmente.

El manejo de este caso específico refleja nuestra preocupación más general por el enfoque que está adoptando la Comisión Europea para regular la tecnología en la agricultura. La evolución de la tecnología agrícola moderna y la gestión ambiental responsable basada en la ciencia es imperativa si queremos producir de manera sostenible alimentos locales, seguros y asequibles para alimentar a más de 9 mil millones de personas para 2050 y cuidar nuestro planeta. Una reglamentación predecible, transparente y basada en la ciencia debe estar en el centro de la respuesta a este desafío. La excelencia científica y normativa en Europa se ha politizado cada vez más. Esto ha afectado negativamente a todas las partes interesadas y, sobre todo, ha dañado la confianza de los consumidores.

De cara al futuro, la sentencia de hoy debe verse como una oportunidad para construir bases más sólidas para el diálogo transparente y el entendimiento científico con los reguladores europeos y todas las demás partes interesadas. Queremos enviar un mensaje claro de que, en nuestra opinión, la innovación científica es la única forma eficaz de abordar los desafíos conjuntos de lograr la seguridad alimentaria y proteger el medio ambiente.

We remain committed to innovating, within a reliable regulatory framework, in order to help EU agriculture become more sustainable while ensuring the financial security of EU farmers.”