Los países africanos vuelven a comprometerse a invertir el 10% de los presupuestos en agricultura

A Tanzanian artist named Professor Jay, at left, presents ONE.org’s agriculture petition to Tanzanian President Jakaya Kikwete, at right, at the AU Summit. Photo credit: African Press Organization.

Los insumos agrícolas están preparados para un crecimiento y una adopción continuos en África como resultado de la inversión de los gobiernos nacionales. Un congreso de estados de la Unión Africana se comprometió nuevamente a gastar el 10% de sus presupuestos nacionales en la implementación de las reformas de política agrícola contenidas en la nueva Declaración de Malabo emitida en la 23rd Cumbre anual de Jefes de Estado y de Gobierno de la UA en Guinea Ecuatorial del 20 al 27 de junio.

“Smallholder farmers are ready to help ensure food and nutrition security for all African citizens, to grow jobs and boost our economies – and this is possible, if our leaders can now move from the Declaration to its effective implementation,” said Audax Rukonge, executive director of the Agricultural Non-State Actors Forum (ANSAF) of Tanzania in a presione soltar.

El propósito general de la Declaración de Malabo es reducir el hambre y la pobreza en África en 50% para el año 2025 a través de iniciativas agrícolas. Establece objetivos estratégicos como duplicar la productividad, reducir a la mitad las pérdidas posteriores a la cosecha, reducir drásticamente el retraso del crecimiento a 10% y mejorar la capacidad para las prácticas agrícolas que abordan y se adaptan a los desafíos climáticos.

La Declaración también pide que el Banco Africano de Inversiones entre en funcionamiento, un mayor énfasis en la inversión del sector privado, un mayor comercio regional y una mayor atención al empleo e inclusión de los jóvenes en la industria agrícola.

Aunque fue muy alabado como un momento fundamental para las partes interesadas de la industria, la adopción de la Declaración no estuvo exenta de puntos clave que quedaron sin resolver. Estos incluyeron la necesidad de una mayor transparencia financiera del gobierno y la rendición de cuentas por el gasto agrícola, el apoyo a la investigación y el desarrollo, la capacidad de los pequeños agricultores para lograr un mayor acceso al mercado, la igualdad de género y los derechos sobre la tierra.

El documento es una continuación actualizada de la política contenida en la Declaración de Maputo de 2003.