Nueva Directiva de Nutrientes de la UE Esencial para Detener el Desglose de los Ecosistemas

La actual crisis del nitrógeno en los Países Bajos y Flandes ilustra cómo la gestión ineficaz de los nutrientes puede provocar graves daños ecológicos y trastornos políticos y sociales. Para detener la descomposición del ecosistema y limitar los costos de daños mayores, la Unión Europea (UE) necesita una directiva de nutrientes integrada que regule el uso agrícola combinado de nitrógeno y fósforo, insta un nuevo comentario en Nature Reviews Earth & Environment. Esta directiva debe ir más allá de las regulaciones inadecuadas actuales al tener en cuenta los balances de nutrientes y las diferencias regionales.
El uso a largo plazo de fertilizantes en la agricultura industrializada y la consiguiente acumulación de nitrógeno y fósforo en el medio ambiente están contribuyendo a la pérdida generalizada de biodiversidad y la alteración de los ecosistemas en toda Europa.

Efectos complementarios

Cuando se trata de plantas, las especies que corren mayor riesgo son aquellas adaptadas a bajos niveles de nutrientes o mal amortiguadas contra la acidificación. En Europa, los ecosistemas de pastizales, brezales, turberas, bosques y ecosistemas árticos y montañosos ecológicamente valiosos son particularmente vulnerables. El reino animal tampoco es seguro. El nitrógeno y el fósforo llegan a los arroyos y lagos como escorrentía agrícola. Esta contaminación por nutrientes puede causar eutrofización, lo que da como resultado la proliferación de algas que enturbian el agua, privan de luz solar a la vida vegetal y agotan el oxígeno disponible en el agua, lo que asfixia a los peces. Esto tiene efectos colaterales sobre los depredadores de peces y otras especies conectadas entre sí a través de la compleja red alimentaria de cada ecosistema.
“Las políticas pasadas y presentes de la UE han demostrado ser inadecuadas para la gestión de nutrientes como el nitrógeno y el fósforo”, dice Martín Wassen, profesor de ciencias ambientales en la Universidad de Utrecht y autor principal de la publicación. Por ejemplo, el uso constante de fertilizantes significa que el fósforo se acumula en los suelos en formas que no están directamente disponibles para los cultivos y que son dañinas para el medio ambiente. A pesar de esto, los agricultores continúan fertilizando todos los años, incluso cuando las reservas de fósforo explotables son cada vez más escasas y los precios aumentan.

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estrategia Del Campo a la Mesa

Las políticas actuales también suelen centrarse únicamente en el nitrógeno, aunque los impactos ecológicos surgen del desequilibrio entre el nitrógeno y el fósforo. La disminución de la deposición de nitrógeno debido a la legislación de la UE ha aumentado sustancialmente la proporción de fósforo a nitrógeno en varios pastizales del noroeste de Europa. "Una mayor reducción de la deposición de nitrógeno sin reducir simultáneamente el fósforo provocará la extinción de más especies de pastizales que si no se reduce el nitrógeno en absoluto", explica Wassen.
La estrategia Farm to Fork recientemente adoptada reconoce la necesidad de hacer que la producción de alimentos sea más sostenible. Como parte del Pacto Verde Europeo, exige la reducción de las pérdidas de nutrientes al medio ambiente en al menos 50% y el uso de fertilizantes en al menos 20% para 2030. “Para garantizar el éxito de la estrategia Farm to Fork, la política internacional se necesita con urgencia para promover la aplicación sostenible, la reutilización y el ciclo de nutrientes”, dice el coautor Jerry van Dijk, profesor asociado de ecología de la restauración y conservación de la biodiversidad en la Universidad de Utrecht. “Para esto, proponemos una directiva integrada de nutrientes para guiar los planes de acción de gestión de nutrientes en toda la UE”.

Es necesario un enfoque a escala de la UE

Para lograr esta tarea, argumentan los autores, la directiva propuesta debe incluir métodos para contabilizar las diferentes formas en que los nutrientes se comportan en el medio ambiente según, por ejemplo, el tipo de suelo, el contenido de agua, los balances de nutrientes o el contexto agrícola. La directiva también incluiría la agricultura de precisión específica del sitio y del cultivo, donde el fertilizante se aplica según la necesidad.

“La dimensión internacional del problema convierte a la UE en la autoridad lógica para implementar la directiva”, argumentan los autores. Las emisiones de nitrógeno se difunden en Europa a través de la atmósfera, y el nitrógeno y el fósforo cruzan fronteras a través de nuestros ríos. “Estos nutrientes son un problema de todos. Además, también es necesario un enfoque a escala de la UE para evitar simplemente desplazar las emisiones de nitrógeno de un país de la UE a otro”.

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“Esta directiva también contribuiría a los objetivos ambientales existentes de la UE al cambiar el enfoque a las fuentes de contaminación y motivar a los estados miembros a trabajar juntos hacia prácticas agrícolas sostenibles en toda Europa”, concluyen los autores.

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